A nadie le gusta esperar que una página web tarde en cargar. De hecho, la carga de una página debería completarse en menos de 3 segundos. Cuanto más lenta cargue, más usuarios la abandonarán sin haberla siquiera consultado.

La usabilidad de una web está en relación con lo fácil o difícil que es de interpretar y de utilizar. Si no se adapta bien a dispositivos móviles, la letra es demasiado pequeña, o hay elementos ‘clicables’ como botones o enlaces demasiado juntos, es una web poco usable. Y si está adaptada a personas con dificultades visuales, por ejemplo, podemos decir que es muy usable.

Para llegar al objetivo de conversión, estructuramos la información de forma que el usuario descubra de forma progresiva nuestro servicio. E introducimos facilidades para que realice esa conversión, mediante los elementos de llamada a la acción.

¿Cómo nos ganamos la confianza de un usuario que solo nos conoce por nuestra web?

• Con una imagen moderna y atractiva.
• Con contenidos que demuestren nuestro conocimiento, que le faciliten la información que necesita.
• Con un servicio de atención rápido y eficaz.

El efecto WOW es el que consigue que el usuario decida dar el primer paso para contratar tu servicio o comprar tu producto. No es imprescindible, pero sí muy recomendable.

Debe destacar lo que nos diferencia. Y algo más: sorprender, fascinar y conseguir que nos recuerde a primer golpe de vista. Así estaremos más cerca de conseguir que contacte con nosotros.

¿Cómo conseguir ese efecto WOW? Con un diseño premium. Con un vídeo que muestre nuestro expertise. Con una solución que se ajuste a sus necesidades.